El concepto “juicio del gusto”, referido a lo estético, proviene de Kant, en su obra Crítica del juicio. A este autor se debe la afirmación de que el juicio del gusto estético tiene carácter universal. Cuando decimos “esta rosa es bella”, según Kant estamos expresando un juicio que tiene validez universal, pero para ello el sujeto debe estar en actitud estética.
Y para actualizar la función estética de la consciencia, considero que el individuo puede recurrir a la educación artística, dirigida a desarrollar en las personas la capacidad de expresar y percibir, comprender, sentir y disfrutar la belleza artística de las artes en sus diversas formas, como resultado de los conocimientos artísticos adquiridos en el mundo. Sólo leyendo poesía o mirando muchas pinturas es posible “gustarlas”, y así ocurre con todas las artes. Se necesita, consecuentemente, un ejercicio permanente, una cultura artística, que se va afinando en el transcurso de la experiencia. Pero lo importante es que este “gusto” se puede compartir con los demás.
Lo que intenta Kant es hacer lugar para la posibilidad de conocer algo más de las cosas en sí mismas y de los conceptos que las hacen posibles (juicio reflexionante objetivo). La aproximación a la belleza se caracteriza por una carga de sensibilidad peculiar que obliga a Kant a distinguirla entre lo que tiene de universal y el mundo del pensamiento (respondiendo a un libre acuerdo de las facultades de imaginación y entendimiento).
No hay comentarios:
Publicar un comentario